Son muchos los conceptos relacionados con «jóvenes y menores en riesgo» y, al ser una situación real y cotidiana, creemos que conocer los más destacados es fundamental para padres, madres, maestras/ os, profesorado, etc. Son los siguientes:
1) MENOR EN RIESGO.
Este concepto es muy importante para la prevención en el ámbito infantil y adolescente. Existe un “menor en riesgo” cuando en su infancia se cronifican problemas, si durante la adolescencia se producen en su vida cambios bruscos y negativos para su salud emocional, etc.
2) INTERVENCIÓN TEMPRANA.
Educación o guía de los primeros años de la vida de los niños (de 0 a 6) que les permita tener las oportunidades precisas y suficientes para alcanzar un desarrollo evolutivo óptimo.
3) INTERVENCIÓN PREVENTIVA.
Su propósito es actuar sobre menores con el objetivo de hacer más fácil la vida de los niños, adolescentes y adultos que le rodean.
4) CONDUCTAS ADICTIVAS.
Las conductas adictivas se caracterizan por la capacidad que tienen para producir gratificación inmediata o alivio de algún malestar. Por esto, es fácil que terminen por generar dependencia, es decir, un patrón de comportamiento desadaptativo, que conducen a un deterioro global de la persona.
5) CONDUCTAS DELICTIVAS.
Aquella conducta antisocial que interfiere con los derechos de otras personas o amenaza el bienestar del propio individuo o de la comunidad (Departament of Health, Education and Welfare, 1972, citado por Dussich, 1989); denota violación de las normas formales, de la ley (Dussich, 1989; Kauffman,1993). En consecuencia, entendemos que no toda conducta delictiva ha de ser criminal sino que puede ser simplemente una conducta socialmente inadecuada.
6) TRASTORNO DISOCIAL (TD).
Forma persistente y reiterada de comportamiento disocial, agresivo o retador. En sus grados más extremos puede llegar a violaciones de las normas, mayores de las que serían aceptables para el carácter y la edad del individuo afectado y las características de la sociedad en la que vive. Se trata por tanto de desviaciones más graves que la simple «maldad» infantil o rebeldía adolescente.
7) TRASTORNO NEGATIVISTA DESAFIANTE (TND).
Patrón de conducta que se manifiesta en un recurrente rechazo a la autoridad, que dura al menos 6 meses. Suele darse antes de los 9 ó 10 años y viene definido por la presencia de un comportamiento marcadamente desafiante, desobediente
y provocador y la ausencia de otros actos que violen la ley y los derechos de los demás. Es habitual que en el desarrollo de los niños aparezcan en algunas etapas comportamientos negativistas, desobediencias, pataletas… Por ello es necesario delimitar cuándo estos síntomas constituyen un trastorno. Para esta clarificación hay que tener en cuenta si la frecuencia, repetición e intensidad afectan a la vida familiar, escolar y social. El trastorno se concreta en un comportamiento hostil, negativo, desobediente y desafiante dirigido a las figuras de autoridad conocidas, en especial dentro de la familia y de la escuela, pudiendo no evidenciarse ante desconocidos.
8) CONDUCTA DE RIESGO.
Actividades que incrementan la probabilidad de consecuencias negativas para la personalidad, el desarrollo adaptado o la salud biopsicosocial (Kazdin, 1993).
9) FACTORES DE PROTECCIÓN.
Factores que actúan para promover un desarrollo adaptado y para diluir o frenar consecuencias negativas de los factores de riesgo, previniendo la posibilidad de que los factores de riesgo lleguen a cristalizarse en consecuencias negativas.
10) COMORBILIDAD.
La Organización Mundial de la Salud (OMS) define la comorbilidad o diagnóstico dual como la coexistencia en el mismo individuo de un trastorno inducido por el consumo de una sustancia psicoactiva y de un trastorno psiquiátrico (OMS, 1995). De conformidad con la Oficina de las Naciones Unidas contra la Droga y el Delito (ONUDD), una persona con diagnóstico dual es una persona a la que se le ha diagnosticado un problema por el consumo abusivo de alcohol o drogas además de otro tipo de diagnóstico, normalmente de carácter psiquiátrico, por ejemplo, trastornos anímicos o esquizofrenia (PINUCD, 2000). En otras palabras, la comorbilidad en este contexto se refiere a la coexistencia temporal de dos o más trastornos psiquiátricos o de personalidad, uno de los cuales se deriva del consumo problemático de sustancias.
En la siguiente actualización, incluiremos más conceptos relacionados con «menores en riesgo» y su intervención.
¡Hasta la próxima entrada!